sábado, 25 de julio de 2009

LA CRISIS ALIMENTARIA

Lic. Giovanni Rodríguez Solis

giovannirodriguezsolis@gmail.com

Durante años se había venido luchando por cambiar los cultivos en América Latina, recordamos el caso de Costa Rica, cuado se impulso el programa de la agricultura de cambio que promovió la administración 1982-1986, del expresidente Monge Álvarez, con su ministro de Agricultura y Ganadería, Francisco Morales Hernández, hoy Ministro de Trabajo de la administración Arias, como una de las ofertas electorales de esa época.

Se les trato de mostrar a los agricultores costarricenses que era más rentable producir melones, plantas ornamentales o chayotes que sembrar arroz, frijoles o maíz, ya que resultaba mas barato importarlos que producirlos.

Desde esa política a hoy han pasado 25 años. Dejamos de ser un país que se autoabasteció alimentariamente de granos, producíamos nuestro propio “gallo pinto”, pero la realidad actual es que no sabemos de donde vienen los granos que desayunamos y almorzamos. Esta situación fue advertida por las organizaciones de productores y defendido en cientos de manifestaciones y muchas veces la respuesta que obtuvieron fue la represión.

Se le vendió la idea a la opinión publica de que nuestro agricultor era ineficiente, que por culpa de ellos el arroz y los frijoles era muy caro, pero no decían que el agricultor extranjero tenia subsidios del estado de su país de origen, para producir y eso hacia que sus productos fueran mas baratos que los producidos por el campesinado nacional.

En algunas oportunidades había mencionado lo peligroso que era depender del mercado internacional para suplir a los Costarricenses de su dieta básica. Siempre cuestione ¿que pasaría si hay una escasez?, ¿una guerra que nos impida poder comprar en los mercados internacionales?. Que hubiera pasado si en los últimos 25 años le hubiéramos dado la mano a nuestro productor y no obligarlo a cambiar sus cultivos. De seguro estaríamos muy serenos ante la alarma de la crisis del arroz y de los cereales. Pero la verdad es que todavía estamos a tiempo de ayudar al agro costarricense y de este modo ayudarnos nosotros mismos.

Esta debe ser una gran enseñanza para que de una vez por todas exista en Costa Rica una política publica en agricultura, y no estar sujetos a disposiciones transitorias que varían en cada cambio de ministro, aun y cuando sean cambios dentro de una misma administración presidencial.

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