jueves, 10 de septiembre de 2009

LA PSOT CRISIS

Ahora, que todos hemos vivido y sentido la crisis financiera internacional, por un supuesto mal manejo de los bancos comerciales y las bolsas de valores. Cuantificar los efectos de esta crisis, es tarea que apenas comienza. Las finanzas mundiales se alistan para la reactivación, pero está no podrá ser, si primero no hacemos un inventario de los daños, principales y colaterales, -entre otros- la pérdida de credibilidad de los mercados accionarios, bancarios y financieros, asi como el desempleo, la pérdida del poder adquisitivo de los consumidores, una merma radical en la recaudación de tributos, la baja en las exportaciones e importaciones, la desaceleración de la inversión inmobiliaria y las perdidas de las operadores turísticos, por la casi paralización de este sector.
Teniendo claro este escenario, el segundo semestre del 2009 y el primero del 2010, serán los que conoceremos como la “post crisis” En este periodo, se busca alentar la “recuperación” de todos los actores . El gobierno de Costa Rica, se prepara para enfrentar esta nueva crisis, buscando como rescatar las finanzas publicas, reactivar la actividad comercial, turística y que los sectores financieros generan confianza en los inversionistas. Que los costarricenses vuelvan a consumir bienes y servicios, pero a su vez esos costarricenses necesitan de poder adquisitivo para entrar dentro de ese circulo comercial y ser parte del efecto multiplicador de la economía. Todo esto sin perder la vista que este periodo (julio 2009 a febrero 2010) estaremos en periodo electoral, que equivale a gastos adicionales para el Estado.
Ahora bien, y todo esto ¿como lo percibe la familia costarricense?, ¿qué significa esto en el presupuesto familiar?, ¿el cambio de nombre a la crisis, incide en una mejora en la condición de vida de la familia? Aun no sabemos quien nos va a responder estas preguntas.
Lo que si es cierto es que la crisis o postcrisis si va a afectar las próximas elecciones. En otras palabras la voluntad electoral de los ciudadanos y las pocas lealtades políticas, que aun quedan o de las que pudieron haber disfrutado los partidos políticos, en esta campaña se podrían acabar. El elector va a estar animado por las propuestas, mas que por las figuras que formen la oferta presidencial.
El cliente electoral quiere saber ¿como va a resolver el próximo gobierno los problemas que lo afectan? Que el dólar mantenga un equilibrio, que el salario crezca de forma efectiva, que la inflación deje de ser el hacha que amenaza todos los días la dieta de su familia. ¿Cómo a generar mas y mejores empleos? Que le garanticen que los servicios públicos no van a caer mas bajo. Que las operadoras de pensiones van a dejar de perder y terminar de acabar con la confianza en el sistema. El líder político que tenga una respuesta convincente para estas respuestas, será el próximo presidente de Costa Rica.
Hemos visto la seguridad alimentaría debilitarse, los servicios públicos de transporte colapsarse y los crímenes de los ciudadanos a la orden del día. Y estas son crisis que el ciudadano siente y no han recibido la respuesta adecuada y oportuna que se necesitan.
El nombre que le demos a la crisis es irrelevante para los padres y madres de familia. Se ha abierto una brecha y si seguimos agrandando esa brecha, que existen entre la Costa Rica de los autos del año y la Costa Rica que no tiene para comer, vamos a ver a las familias salir a las calles y renegar contra la institucionalidad del país.
El pueblo solo quiere un gobierno, el gobierno que de solución a los problemas que le aquejan.

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