martes, 23 de marzo de 2010

EL GOBIERNO HONDUREÑO Y SU NECESARIO RECONOCIMIENTO

En otra oportunidad nos hemos referido sobre la necesidad de buscar mecanismos que permitan una real y permanente reconciliación de todo el pueblo Hondureño. El presidente Porfirio Lobo ha dado muestras serias de que desea una paz social duradera y permanente en su país, no obstante el camino de la reconciliación, debe necesariamente, pasar por el reconocimiento de la comunidad internacional, y de una forma muy particular, de los propios países de Centroamérica.
El reciente anuncio del exmandatario Manuel Zelaya de aspirar a ocupar un asiento como diputado del Parlamento Centroamericano, por su condición de expresidente de Honduras, -tal y como lo disponen las normas del Parlamento Centroamericano- lo podemos ver como una manifestación positiva en la búsqueda de esa reconciliación, sin embargo este anuncio de Zelaya viene acompañado de una denuncia que asegura hay represión e inseguridad hacia sus allegados en Honduras, a quienes se les impide ejercer libremente sus derechos.
No hay duda que la paz y reconciliación de un país, no las vamos a lograr de la noche a la mañana, ciertamente, mientras exista voluntad de avanzar hacia el desarrollo, el objetivo se mantiene y poco a poco se van a ir apagando las voces del odio y el rencor.
El Estado Hondureño necesita retomar las buenas decisiones que existían antes del golpe militar, principalmente, en los foros internacionales y ante toda la comunidad mundial. En forma particular, todo lo relativo a las negociaciones con la Unión Europea y Centroamérica para la suscripción del Acuerdo de Asociación. Poco a poco los diferentes gobiernos dan señales de lo oportuno que sería dar el reconocimiento al gobierno de Honduras, tal como lo hizo el presidente Arias de Costa Rica, quien ha vuelto a anunciar que insistirá en el reconocimiento, en la Cumbre de Rió, que no es posible culpar al presidente Porfirio Lobo del golpe militar, cuando él fue electo en elecciones limpias y transparentes. El presidente de Brasil, también da muestras de cambiar su posición diplomática. De ahí que resulta de suma importancia que Porfirio Lobo impulse encuentros bilaterales con los gobiernos de Centroamérica para que persuada a los mandatarios de Guatemala, El Salvador y Nicaragua sobre la importancia que tiene para todos los centroamericanos lograr, nuevamente, la integración política y económica. Así que para poder avanzar en el Acuerdo de Asociación, el diálogo político debe estar inspirado en la cooperación y la reconciliación. Esta última no puede llegar a todos los centroamericanos si aún hay hambre y miseria. El desarrollo económico no debe detenerse por puntos de vista políticos diferentes, al contrario, las diferencias debemos tomarlas como oportunidad para alentar y entender que somos una región que necesita del apoyo y concurso de las cinco naciones del área.
La buena y sincera disposición del gobierno de Honduras, quedará probada si asume su participación, dentro del proceso de asociación, con señales evidentes de avanzar, para que la región logre un acuerdo que puede traer muchos beneficios a todos los sectores, en particular, a los ciudadanos que más han sufrido por la faltas de oportunidades y que son la inmensa mayoría de centroamericanos. Nos ha llevado décadas, comprender que unidos representamos a más de treinta millones de habitantes, y que todos deseamos desarrollo con paz. No vamos a permitir que nadie se refugie en la mezquindad política para detener el progreso de la conciliación y la estabilidad centroamericana

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